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domingo, 7 de febrero de 2021

Retomo el blog?

 Buenas a tod@s los que seguís por aquí.

Últimamente he estado pensando en retomar el blog; aunque no lo tengo claro del todo.

¿Os gustaría?

jueves, 25 de octubre de 2018

Catarsis #2

Siguiendo con la entrada anterior.

La jefa de la nueva empresa, vino a visitar el centro de por las tardes, y justo esa tarde MJ no vino. Ella sonrió y comentó algo con la persona que le acompañaba. Me dijo que, al día siguiente, le avisara cuando MJ llegase a trabajar, pero que lo hiciera sin que ella se diera cuenta, pues le parecía que MJ la estaba evitando. No me gustaba nada aquello, pero accedí a hacerlo, porque según ella, había habido quejas y las cosas no estaban como debían estar, y MJ se estaba aprovechando de mí, como haciendo que, en cierto modo, recayeran sobre mí las culpas, ya que la mayoría de las veces, yo era a la que veían. Al día siguiente, llamé a la jefa y ésta no tardó en presentarse, junto con una carta de despido para MJ, quien se negó a cogerla y firmarla, pese a lo cual, según palabras de la jefa, seguía siendo despedida. Me tocó firmar un papel, en el que yo constaba como testigo de que MJ no había querido firmar la carta, mientras ella recogía sus cosas, se despidió de mí y se fue llorando (no es agradable que te echen del puesto de trabajo, teniendo una familia que sacar adelante).
Para rizar más el rizo, y dado que esta empresa entraba también en el otro centro (el de por las mañanas), nos disponíamos a ir allí (en coche, para que yo no perdiera más tiempo de trabajo), cuando la jefa recordó que debía de entregar otra carta de despido, y puso rumbo al centro donde esta persona se encontraba trabajando. Durante el trayecto, me dijo los motivos por los que había despedido a MJ; uno de ellos era que, según ella, MJ sólo miraba por el dinero y no por el trabajo, por lo cual no hacía las cosas bien (de ahí las quejas que se habían empezado a acumular), y el otro era que, otra vez según la jefa, MJ iba diciendo por ahí que yo era una inocentona que no se enteraba de nada, que hacía lo que quería porque yo no me quejaba... en pocas palabras, era como si me hubiera estado viendo la cara de idiota, que de tan buena, era hasta tonta...
 Aquí tengo que haceros una pregunta, ¿qué explicación/motivo/razón encontráis, para que me dijera eso? porque yo aún no consigo ver qué "ganaba " la jefa con decirme aquello.
He de deciros que me sentí dolida, lo contrario sería mentir, ya que yo le había dado mi confianza  a MJ y, supuestamente, ella había estado abusando de ésta.
Pero sigamos con los hechos. Llegamos al centro donde iba a despedir a la otra chica, entra la jefa con la carta en la mano, y sale unos minutos después, seguida de una de las compañeras de la chica despedida, para que ésta le firme, y yo también, como testigos de que ésta había renunciado a coger dicha misiva y a firmarla. En eso estábamos, cuando sale MJ del mismo centro y yo me quedo con cara de "trágame tierra", porque estaba dentro del coche de la jefa. MJ se gira y me ve allí sentada, se acerca y me pregunta que qué estaba pasando; yo le contesté la verdad, que íbamos a ir al otro centro (en el que trabajábamos por las mañanas), pero que la nueva jefa se había acordado de que tenían que ir primeramente allí. Creo recordar que no dijo nada, o si acaso un OK, porque la verdad, yo no tenía por qué mentirle en ese momento, no ganaba nada haciéndolo. Después de eso, fuimos al otro centro y de allí, preferí irme sola andando, antes que volver a subir en el coche. Sentía que necesitaba un poco de aire, para aclarar ideas y digerir información...

En el mes de julio, entró la nueva empresa formalmente. En el centro de por las mañanas, como MJ ya no estaba, me tocó a mí trabajar todos los fines de semana (sólo los sábados, ya que los domingos cerraban ese mes), por no hacer que P viniera a propósito; y en el centro de por las tardes/noches, estuve yo sola (por fortuna no había mucha faena tampoco)

Catarsis #1

Sé que tengo este blog un poco, o un bastante, abandonado; pero es que las cosas se han estado ¿complicando? desde la última actualización.
 Bueno, a decir verdad, más bien todo viene de antes, y como tengo la necesidad de liberarme un poco de todo ese "lastre" emocional😔, pues he decidido que lo pondré por aquí, a ver si me ayuda, y si queréis darme vuestra opinión o consejo con respecto a algunos temas de los que iré hablando más adelante, vuestros comentarios serán bien recibidos.
 Comencemos.

Para poneros en situación, os diré que yo trabajo en dos centros, en uno voy por la mañana a primera hora y en el otro por la tarde/noche.
Pues bien, resulta que, hará unos cuatro años, mi compañera de trabajo, con la que empecé, se jubiló; y es ahí donde considero que empezó todo, más o menos. ¿Por qué? pues porque fue un cambio. No es como que no me gusten los cambios, o sea una persona extremadamente rutinaria, de hecho suelo adaptarme bastante rápido, pero sí que es cierto que en algunos ámbitos de mi vida, prefiero la rutina porque, para mí al menos, es sinónimo de estabilidad.

Sigamos.
 Al jubilarse mi compañera, ocurrieron varias cosas, en ese año (no real, si no el que transcurre desde mis vacaciones, hasta que las vuelvo a tener):
Por un lado, en el centro al que íbamos las dos por las mañanas, junto con otra compañera más, nos quedamos sólo dos, porque a esta otra compañera (de ahora en adelante la denominaremos "P") se le ocurrió que nosotras dos solas podíamos hacernos cargo de todo el trabajo. El otro cambio que se produjo en este centro, fue que P pidió, al encargado de la empresa, que buscase a alguien que se alternase conmigo en los fines de semana que teníamos que ir a trabajar, porque ella ya estaba cansada y como que no le salía muy a cuenta (P vive fuera y depende del transporte público para venir a trabajar)... y se lo concedieron. Me pareció más o menos bien, es decir, teníamos más horario, lo que equivalía a más dinero en la nómina; pero también más estrés, porque P se aturulla de seguida, se pone nerviosa, se ataca, y lo peor, me ataca de los nervios a mí también.😓 (no siempre por empatía)
Por otro lado, en el centro al que íbamos por la tarde/noche, me mandaron a una chica joven (a la que denominaremos MJ).
Con MJ, me llevaba bien. Fue a ella a quien mandó el encargado, para que se turnase conmigo los fines de semana, y, a parte, nos veíamos todos los días en el otro centro, al que íbamos por las tardes. Hablábamos, nos reíamos, nos contábamos cosas... Todo parecía ir bien, hasta que empezó a torcerse un poco. MJ es madre, así que si me decía que alguna de sus hijas estaba enferma y que necesitaba salir antes, yo le decía que no había problema, que ya me quedaba yo terminando la faena; porque, pienso que es normal que, toda madre quiere estar al lado de sus hijos, si alguno está enfermo, para quedarse más tranquila. En otras ocasiones, venía algo más tarde, porque se le "había complicado" la cosa en el centro al que ella iba antes. Otras, era que no tenía con quien dejar a las niñas. Y otras tantas, que el encargado le había pedido que fuera a ayudar a otro centro. El "chiste" es que pasé varios días (igual si los pongo uno tras otro, suman casi el mes) saliendo algo más tarde, porque MJ se iba antes.
 A mi marido, no le parecía correcto, y le estaba dando olor a que se estaba aprovechando de mí, así que un día habló con el marido de ella, ya que ambos solían encontrarse en la puerta, cuando venían a recogernos, para que no volviéramos solas. La "llamada de atención" pareció surtir efecto, pero fue por poco tiempo; ya que pronto empezó nuevamente a las "andadas" llegando el mes de junio.
En el mes de junio, es cuando más faena tenemos en el centro, y justo cuando ella parecía hacer más "lo que le daba la gana".  MJ me dijo que, más o menos a mediados de mes, a ella le venía mejor venir antes de la hora a la que solíamos entrar, me preguntó qué quería yo que hiciera, para así, supuestamente, tener yo menos faena; le comenté lo que me parecía correcto, y quedamos en que ya nos veríamos. Pero, pese a que había veces en las que yo entraba una media hora antes de lo habitual, no lograba coincidir con ella...😖
A finales de junio, unos dos o tres días antes de acabar el mes, MJ y yo estuvimos hablando sobre qué podía pasar a partir del mes siguiente, ya que era inevitable el cambio de empresa. El último día del mes, fue el último día que MJ trabajó conmigo.

lunes, 16 de julio de 2018

Dance magic

Subí a la terraza del edificio contiguo, y allí estaba, sentado en uno de los bancos, mirando las pocas estrellas que el cielo nocturno, contaminado de luz de Seúl, le mostraba.
-          No sabía si los nerd beben, pero… teniendo en cuenta que has roto todos mis prejuicios y esquemas en cuanto a eso… supongo que sí lo haces, así que, toma. –dije, sentándome junto a él, ofreciéndole un botellín de cerveza- Celebremos que le pateamos el culo. –chocando la mía con la suya, y dando un trago.
-          No puedo creer que haya dejado que me altere hasta ese punto. –dijo tras tomar un trago y guardar silencio durante un largo rato- Me juré que no le permitiría hacer que yo perdiese el control…
-          No te preocupes Yun Ho… -dije, dando otro trago- lo más fácil es perder el control con él, yo incluso le hubiera pegado antes de lo que tú lo hiciste.
-          Pero el que le pegó fui yo… -suspiró pesadamente
-          Ya, bueno, fuiste el primero. –me miró extrañado- Yo le pegué después, y creo que más fuerte que tú. –asentí ligeramente con la cabeza, antes de tomar otro trago- Pues no va y me dice indefenso… a mí… ese no sabe de qué familia provengo… -Yun Ho estalló en una sonora carcajada
-          No… no lo sabe… va a empezar a darme pena y todo. –lo miré con cara de pocos amigos, qué era eso de soltarle una ostia y ahora tenerle pena, o una o la otra- El día que tu hermana se cabree con él, no sale vivo. –rió y dio un sorbo a su botellín
-          Tienes razón. –nos quedamos los dos mirando la noche, en silencio- Yun Ho… -se limitó a mirarme- a ver… te gustan los tíos, y por lo que dijiste, es obvio que él no, por cierto –lo miré fijo a los ojos- ¿tenías que ser tan jodidamente gráfico? –pregunté con cara de dolor
-          Lo siento. –dijo, tras reír levemente- Pero no quería que le cupiera duda alguna.
-          Ya… ¿Te pongo? –pregunté sin rodeos, y casi se me atraganta, luego apartó la mirada, centrándose otra vez en el cielo nocturno
-          Más lo que yo mismo quiero aceptar. –confesó, finalmente, mirándome a los ojos, y yo pasé el trago a mi cerveza, de forma algo pesada- Pero tranquilo, te amo tanto, que no me atrevería a joder lo que tenemos ahora. –me dijo
-          ¿El qué? –pregunté, separando lentamente los labios del botellín
-          Este momento.
-          ¿Cómo?
-          Pues diciendo alguna estupidez del estilo… me gustaría ser esa botella. –me quedé blanco- Espera, espera… -rió- eso sonó peor de lo que pensaba –seguía riendo- quería decir, ser la boca de esa botella ahora mismo. –confesó, mirándome con una ternura que jamás le había visto, mientras yo había bebido, para pasar la impresión.
-          Oh. –volvió a mirar al frente, en silencio.
Así nos quedamos un instante, no sabría decir cuanto; hasta que mi hermana empezó a dar voces en medio de la calle, llamándome, para volver a casa, no sé, supongo que su instinto protector para conmigo, o el radar, como yo lo llamo a veces, le indicaba que yo estaba cerca de su radio de voz.
Me incliné hacia delante en el banco, pesadamente, y acabé levantándome; cuando lo miré, para despedirme, vi que tenía los ojos cerrados y en los bordes, unas incipientes lágrimas, que brillaban a la luz mortecina que nos alumbraba; él se había sincerado conmigo, había confesa, aunque al inicio no fuera por decisión propia, que yo le gustaba, no… que me amaba, y que jamás haría nada por estropear lo que tenía conmigo, y sé, lo sé… no se refería a estar ahí tomando unas cervezas, se refería a todos y cada uno de los momentos que hemos pasado juntos desde que lo dejé entrar en mi vida.
-          Yun Ho. –lo llamé, apoyé mi mano sobre el respaldo del banco, junto a su cabeza, y lo besé en los labios, y hubiera seguido haciéndolo, porque se sentía realmente bien, si no fuera porque cierta pesada seguía con mi nombre voz en grito- hasta mañana. –le sonreí, con ternura, sobre todo porque me encantó la carita tan mona de sorpresa que se le quedó; y me marché en busca de la jodida escandalosa.

Al lunes siguiente
-          Buenos días. –lo saludé, él bajaba sonriente, exultante de alegría, del bloque de pisos en el que vivía, hasta que me vio, que se quedó parado, igualito que anoche- ¿Qué? ¿acaso viste un fantasma?
-          Eh… no… -pero que mono está cuando tartamudea y se pone nervioso- ¿Có..
-          ¿Cómo sé dónde vives? –él asintió- Tengo mis contactos. –sonreí- Va, vamos que llegaremos tarde. –le tomé de la mano y así llegamos hasta el instituto
-          Oh, has visto que chico más mono… -era el comentario que más se oía, sólo que esta vez no lo decían sólo por mí, Yun Ho desde anoche está que corta el hipo
A la hora del almuerzo
-          Jae…
-          Quieto ahí Ko. –digo esquivando sus palillos- Esta bento tiene dueño.
-          Ya lo sé, tú; pero tú siempre la compartes conmigo. –con ojitos brillantes
-          Pues esta vez no. –escondiéndola tras de mí
-          Eh… el nerd se está comiendo mi parte… -puchero al canto
-          Yun Ho. –le recrimino
-          Perdón… -carita de perrito mojado, joder no me hagas esto que te violo aquí mismo…- Pero es que tenía muy buena pinta.
-          Pero podías haber esperado y disfrutado más de la presentación… jo… -pucherito- después que estuve anoche cocinando para que me saliera rica y te gustara…
-          ¿Era para mí? –se señala incrédulo
-          ¿Para él? –se extraña Ko
-          Sí.
-          ¿Para darme las gracias por ganar a Hawn? No tendrías porqué, porque por mi culpa te tienen prohibida la entrada al club de por vida…
-          No. –miradas extrañadas de ambos- Lo hice porque es lo que se supone que hace el miembro de la pareja que sabe cocinar. –digo, más rojo que tomate, y antes de darle un beso- Anda, come… -mirándolo de reojo, bastante nervioso- que se te va a enfriar.
Sí, a partir de entonces somos pareja, y nos importa muy poco que tanto nerd como populares, nos consideren los eslabones perdidos o los bichos raros, de los respectivos grupos, porque, tanto no seremos, cuando siguen siendo amigos nuestros, ¿no?.
Oh, se me olvidaba, mi hermana Saen no tardó más de dos semanas, tras el duelo, en romperle la nariz, literalmente, a Hawn Mio; resulta que el que Yun Ho y yo estuviéramos saliendo, le resultaba repugnante, pero no le parecía tan asqueroso que dos tías lo hicieran, porque le propuso un trío, él, ella y otra más; así que ahora ella piensa que es un “jodido capullo integral”, y el odio visceral hacia ese idiota hormonado, se queda en familia.


FIN

lunes, 9 de julio de 2018

Dance magic

No dije una palabra más, entré en casa, forzando algo más de la cuenta el pie, haciendo que las lágrimas salieran, finalmente, algo más allá del lacrimal; subí como pude a mi cuarto y cerré la puerta tras de mí con un sonoro portazo, me tiré en la cama, y sin saber por qué, rompí a llorar. ¿Rabia? ¿impotencia?... no sé qué cojones me pasa, sólo que cada vez que quiero detener las lágrimas,  ellas salen aún con más fuerza.

Como tenía pensado, no me moví de casa, ni siquiera de la cama más allá de lo estrictamente necesario. Me sentía como si no tuviera fuerzas para nada y agradecí el hecho de estar casi solo en toda la mañana, porque como papá se fue a trabajar y mamá, haciendo las cosas de casa y yendo a comprar, y Saen en el instituto, ninguno había subido a mi cuarto, y pude descansar, leer, y pensar, sin tener que poner buena cara, ni hablar con nadie… francamente, no me apetecía ver a nadie, porque no estaba de humor. Mamá sólo subió a la hora de comer, aunque le había dicho que bajaría para comer en el salón junto con todos, a traerme un plato y me volvió a colocar algo las sabanas, que andaban un poco, bastante desastradas, acercarme el mando de la tele y preguntarme si quería algo más; y como ya me la conozco, empecé a comer antes de que se fuera, para que bajase tranquila, diciéndole que estaba delicioso, como siempre.

El día se me estaba haciendo eterno, al menos hasta que subió Saen y me dijo que tenía visita.

-          Oh… hola. –saludé
-          Vaya recibimiento…. –se quejó, y no sin razón, Ko Hun
-          Lo siento…
-          ¿Qué acaso esperabas a alguna visita especial? –me preguntó arcando las cejas, esperando impaciente mi respuesta, ¿lo estaba?
-          No… ¿Te apetece una partida? –mostrándole el mando
-          Mmm –torció un poco el gesto- Está bien.
-          Jae. –me llamó mi madre- Ha venido Yun Ho a verte. –y sentí como todo mi cuerpo reaccionaba al instante de escuchar su nombre, tensándose de la sorpresa
-          Buenas tardes. –saludó cortésmente, si bien, en cuanto mi madre desapareció de escena, la mirada a Ko no era tan amigable- Vine a traerte los deberes que mandaron.
-          ¿Cuándo no?, los nerds reventando la diversión… -comenzó a decir mi amigo- ¿Quién te pidió que trajeras los ejercicios?, ¿que acaso no ves que estamos jugando? –mostrándole el mando
-          Ko Hun, ¿puedes dejarnos un momento?, por favor. –le pedí
-          ¿Jae?
-          Por favor. –volví a insistir
-          Voy a por algo de beber, regreso enseguida. –dijo, saliendo por la puerta, sin entender porqué le había pedido que se fuera.
-          ¿Sabes?, he tenido bastante tiempo para pensar... lo siento Yun Ho –dije finalmente- me encontraba mal, me dolía la pierna y… acabé pagando el pato contigo, perdóname.
-          No hay que perdonar. –lanzó un suspiro y se sentó un instante en la cama, a mi lado, mirándome de frente- Yo también estuve pensando, bastante, y… no fue tu culpa, tú tenías razón –lo miré extrañado- estaba haciendo justo lo mismo que recrimino a Ko, a Hawn… juzgar por la portada… haciendo lo mismo que no quiero que hagan conmigo… aunque creo que todos lo hacemos.
-          ¿Condición del ser humano?
-          Ajá, encasillar… así nos sentimos más seguros, y cuando algo se sale de la norma…
-          Como es tu caso –me miró fijo
-          Mira quien habla… -acabó riendo
-          Jae Joong, te traje un zumo. –volvió Ko Hun
-          Bueno, espero que te recuperes pronto; yo me voy a ver si hago mis ejercicios. Adiós. –se despidió Yun Ho
-          Adiós.
-          Eh, espera… tú… -lo miró varias veces de arriba abajo, y si ahora cae en quién es… es que realmente vive en otro mundo- tú podrías hacerme los deberes, ¿no? –no me caí, porque estaba sentado en la cama y es casi tamaño matrimonio
-          Si me pagas bien… sí, ¿por qué no? –rió- lo dicho, me voy… bye. –dijo saliendo por la puerta
-          No es tonto, no… claro que, de un nerd, es de esperar cosas así. –llegó el mismo, por fin, a una conclusión con cierta lógica
-          Supongo. –dije, reiniciando el juego


Por fin… no puedo creer que ya hoy por fin me vayan  a dar el alta. Estos últimos días han sido un asco, completamente aburrido en casa, hasta que alguien venía a hacerme compañía. Ko Hun vino dos o tres días más, después del que estuvo, casi siempre contándome cotilleos del instituto, que si éste estaba con ésta, que si al otro le habían dado calabazas, y al de más allá le habían dejado… Yun Ho vino todos los días, a traerme los ejercicios a hacer, por la mañana temprano Saen se los daba para que los presentara por mí, y se quedaba conmigo, siempre que Ko no estuviera; hacíamos los deberes juntos y luego jugábamos a los videojuegos, bueno, eso cuando no le daba por enseñarme algún paso nuevo de tutting, casi lo único que podía aprender sin moverme… como fuera, siempre pasábamos bien la tarde. Oh, también me dijo un día que había vuelto a hablar con Hawn Mio, y le había pedido un poco más de tiempo, porque una cosa era que me quitasen la venda y me dieran el alta, y otra distinta que yo estuviera en forma para la competición.
Poco a poco he ido recuperando la movilidad del pie, sin tener miedo a que me duela. Por fortuna, el esguince sólo había sido leve, y con esa semanita de reposo me bastó. Yun Ho está volviendo a tener paciencia de santo conmigo, no me fuerza demasiado, supongo que porque él ya tuvo uno y sabe cómo va el tema; aún así, desde que me quitaron la venda, hemos estado practicando todos los días, porque no quería perder más tiempo del necesario. Por eso, ahora, en vez de salir a correr o ir al gimnasio con los demás, lo que hago es practicar la coreo en mi cuarto; practico tanto como puedo, y él y yo lo notamos, son increíbles los avances que he logrado.

Hoy es el gran día, el día del desafío, y yo estoy como un flan, me tiembla hasta el último pelo de mi anatomía…. El lugar escogido, para llevarlo a cabo, es en el que Hawn Mio es VIP, entre otras cosas, porque es uno de los que más de moda está y porque es uno de los pocos, por donde vivimos, que tiene escenario. Todo el mundo está en el club, algunos dándome ánimos, otros tantos vitoreando a Hawn, y mi hermana, por razones obvias, y algunas personas más que no se pronuncian a favor de ninguno.
Hicimos pares y nones, para ver quién salía primero a actuar, y ganó él, así que fue el primero, valga la redundancia; y, durante su actuación, yo me obligué a pensar que Hawn estaba actuando de telonero para mí, porque yo sí que iba a ser la estrella, los iba a dejar boquiabiertos con mi actuación, me convertiría en el nuevo amo del club.
Bajada a la realidad. Si ya, cuando entré, estaba nervioso, ahora que estoy en el escenario, aún más. Se me ha olvidado la coreografía… (cierra fuerte los ojos y se coloca en la posición) no puedo creer que tenga miedo escénico… ash… (no cayó en que una cosa es bailar entre la gente y otra bailar para ella) trata de calmarte Jae… tú te la sabes… la has practicado hasta la saciedad en casa….
Se apagan las luces… es ahora o nunca… suenan los primeros compases de la canción… respiro hondo… uno, dos, tres, cuatro…. Entonces levanto lentamente la cabeza, y lo veo ahí, a mi lado, y todos los miedos se van a freír espárragos; como si una parte de mí le dijera al resto que no pasa nada, que tan sólo es una práctica más, una de tantas como hemos tenido, pero en la que debo hacerlo perfecto, para demostrarle que su tiempo ha servido de algo y no lo ha malgastado estando conmigo.
La gente está aplaudiendo como loca; la hemos bordado y todos nos felicitan, bueno, todos, todos…
-          Eso no vale. –recriminaba Hawn- Has actuado acompañado.
-          No dijimos que tuviera que ser en solitario. –me defendí, soy consciente de que si no llega a estar él ahí, en ese instante, me hubiera quedado inmóvil encima del escenario
-          ¿Quién cojones eres? –preguntó, arrancándole la máscara- Tú… -dijo, alargando la palabra, mientras que Yun Ho se revolvía un poco el pelo, un poco avergonzado- Así que eras tú.
-          Sorpresa. –respondió con una divertida sonrisa en sus labios; la cara de odio de Hawn no tenía descripción, cada segundo se enfadaba más, sobre todo porque las chicas de alrededor, empezaban a decir que Yun estaba muy bueno, y… la verdad es que no les faltaba razón, al final va a tener buen gusto y todo…- Te dije que sabía bailar.
-          Hfm… -bufó, y en su rostro se dibujó la mueca de quien tiene un as escondido en la manga- Supongo que eso mismo le dijiste a él, -me señaló- pero… -todos lo miramos expectantes- tus gafas no fue lo único que me echó para atrás, en cuanto a cogerte para el grupo…. –lo que le gusta a este hombre darse importancia, señor… suelta ya lo que sea o te lo saco a ostias…- Lo que realmente hizo que no te cogiera, fue… que eres gay. –un gran oh, llenó la sala, y su sonrisa… se la hubiera borrado de un guantazo de ser él
-          Así que ese era el motivo que me dijiste el otro día… el segundo motivo. –dijo Yun Ho con una serenidad de la que yo sería incapaz
-          Sí, tengo que cuidar a los miembros de mi grupo; así que no iba a meter a uno que se pusiera cachondo y quisiera encularlos en las duchas… -se rió- pobre… aparte de nerd… gay. –dijo con suficiencia, como aquel que se siente vencedor de una batalla decisiva, en la que apenas se ha esforzado, sólo que los rodales de sudor de su camiseta dicen lo contrario, y es que había perdido una y ahora se está inventando otra para ver si gana y su orgullo no sale tan dañado
-          Ya… -puede que nadie más lo notara, pero yo sí, Yun se estaba controlando para no golpearlo, para no dar el espectáculo
-          Así que ten cuidado Jae, -lo miré- a ver si al que quiere encular ahora, porque no pudo conmigo, es a ti.
-          Escúchame, cabronazo –le dijo, después de pegarle tremendo puñetazo, que lo tiró al suelo- con quien me acuesto o me levanto, o con quien quiera hacerlo, no es cosa tuya, y, para que te quede claro –cogiéndolo del cuello de la camiseta, mirándolo fijamente a los ojos, con todos los músculos del rostro tensos, de pura rabia- antes que meter mi poya en tu trasero, preferiría meterla en una picadora de carne. –lo soltó, lanzándolo contra el suelo nuevamente, y se fue, entre la gente.
-          Yun Ho…
-          Ja, -lo miré- tal parece que di justo en el clavo, a ese nerd le ponen los indefensos… qué patético… todo para hacerse lo más ma –ni dejé que terminara, le solté un puñetazo mayor que el que le diera Yun Ho, directo a la boca del estómago

-          Punto uno, indefenso tu padre; punto dos, vuelve a hablar de él, tan siquiera a mencionar su nombre… y la poya que acabe en una picadora, será la tuya. –con la misma mirada asesina que pone mi hermana de cuando en cuando.

lunes, 2 de julio de 2018

Dance magic

Al rato de aparecer mis padres por casa, y tras acabar la partida, Yun Ho se despide, y yo me vuelvo a mi cuarto, mientras mi padre recoge y mamá friega los platos; me tumbo sobre la cama y empiezo a hacer alguno de los deberes que nos han mandado, aunque ni sé si iré a clases el lunes, porque me aconsejan tener el pie en alto y moverlo lo menos posible. No sabría porqué exactamente, pero creo que a mis padres les ha caído bien Yun Ho, y eso que es la primera vez que lo ven, y que hoy no es que estuviera muy presentable que digamos…

Como no quité la alarma y, de todas formas, había que avisar al director de que igual no asistiría a las clases por baja médica, al final acabé acudiendo; lo malo, que tuve que aguantar los interrogatorios de mis amigos, queriendo saber qué me pasó, así que, como todos parecían estar interesados y pasaba de dar una explicación que desembocara en tener que dar más, di la versión corta, o sea, que caí mal y me fastidié el tobillo, fin del asunto.
Durante casi toda la mañana, pude sentir a Yun Ho mirándome, bueno, más concretamente, creo que miraba mi tobillo; supongo que no le hacía mucha gracia que no tuviera el pie en alto, porque así se me cargaba más y podía molestarme, de hecho, las pocas veces que tiraba a moverlo, veía las estrellas por unos instantes, y a él lo sentía resoplar renegando, cada vez que me veía encogerme de dolor y llevarme la mano a la pantorrilla; pero… ya estaba allí, no iba a volverme a casa… eso sí, mañana que no me espere nadie, porque no pienso venir.
Ko me ayuda a levantarme de la silla, cuando llega la hora de comer, y vamos, junto a otros cuatro más, camino de la cafetería a mi pasito tortuga, porque no puedo ir más deprisa; menos aún teniendo que cargar con mi mochila, porque ninguno de mis “amigos” tiene la consideración suficiente para llevarla por mí. Después de uno de esos descansitos que pido, para que el pie no me moleste tanto, cuando tiro a coger la mochila del suelo, sin querer le doy a alguien que pasaba, y mis cosas y las de él, acaban regadas por el enlosado del piso, por la manía que tengo de no cerrar la cremallera, al menos durante las horas que estoy en el instituto, y es que a quién no le pasa que cada dos por tres tiene que buscar algo dentro y le parece un engorro tener que estar abriendo y cerrándola….
-          Lo siento… -me disculpo, e iba a agacharme a recoger las cosas, cuando su  mano me frena y se agacha él- Yun Ho… -digo en apenas un susurro, no podía creer que estuviera ahí, sobre todo porque había estado pensando en él en todo el trayecto a la cafetería, quería disculparme con él, decirle que no se preocupara, que estaba bien y que mañana sería chico bueno y no me movería de casa…
-          Vaya… el cuatro ojos sí que está cegatón… -dijo uno de los que me acompañaba y lo fulminé con la mirada, sólo que ninguno pareció darse cuenta, porque siguieron igual- Deberías mirar mejor por dónde vas… -miré a Yun Ho y no parecía afectarle lo que estaban diciendo, si bien a mí cada rato me ponían de más mala leche.
-          Eso, eso… -dijo Ko Hun, y me entraron ganas de soltarle un guantazo- Mira por donde vas… nerd… -Yun Ho se levantó y lo miró fijamente, y creo que eso puso bastante nervioso a mi amiguito
-          No tienes ni idea del amigo que tienes. –dijo, dándole de mala manera mi mochila, casi incrustándosela en el pecho- deberías aprender a cuidarlo un poco más, payaso… -y se marchó sin darle tiempo a replicar.
-          Pe… pero qué se ha creído….
No puedo quitarme esta extraña sensación del pecho…
Ko acabó cargando mi mochila hasta la cafetería y nos sentamos en una mesa, donde pude colocar el pie un poco más en alto, usando mi bolsa de apoyo, mientras esperaba que me trajeran algo; tal parece que las palabras de Yun Ho les removió un poco la conciencia, y empezaron, ya no a consentirme, si no a ser más conscientes de que necesitaba ayuda.
A ver… si son los mismos con los que he estado siempre, y siempre los he visto como unos convenencieros, ¿porqué hoy, aunque me estén ayudando ahora, me siento tan especialmente incómodo en su compañía…? ¿será, quizás, porque tuvo él que llamarles la atención para que reaccionasen como los amigos que se suponen que son?
-          Jae Joong –oigo su voz llamarme
-          ¿Qué son esas confianzas?, nerd- preguntó uno, con tanto desprecio en su voz, que me dio asco estar sentado a su lado, y no me atrevía  a mirarlo a él a la cara, me avergonzaba la clase de amigos que tengo, el tipo que él odia
-          Jae Joong. –volví a sentirlo llamarme, después de que le dedicase una mirada desafiante, casi asesina, al que había abierto la boca- Creo que esto es tuyo, -me dijo, cuando lo miré- se debió mezclar con mis apuntes…
-          Oh, gracias… -dije, tomando la hoja de ejercicios que me entregaba, y medio queriendo que la tierra me tragase en ese momento.
-          De nada. –sonrió, tan apenas
-          Oh, lo has convencido para que te haga los ejercicios, ¿verdad?. –soltó uno de los lumbreras que me acompañaba- ¿Me los haces a mí también? –y lo que obtuvo en respuesta fue una medio sonrisa de superioridad,  antes de querer marcharse.
-          Ja… que airecitos se gasta el nerd… -y se paró en seco
-          Jae –se giró y clavó sus ojos en mí, y al poco de mirarnos, su rostro se destensó un poco- no sabía que se te daba tan bien la física.
-          Ya ves…
-          Al final resultará que eres un nerd camuflado. –rió
-          Y tú un popular con demasiado mal gusto… -una ligera mirada molesta por los comentarios, y empezamos a reírnos.
-          ¿Jae Joong? –me miraron extrañados.
-          ¿Qué?
-          Creo que les asusta que puedas llevarte bien conmigo. –respondió Yun Ho a mi pregunta
-          Ah, ¿pero es que tú y yo nos llevamos bien? –pregunté, haciéndome el desentendido
-          No… ya sabes que lo nuestro es mutuo interés. –me sonrió por última vez, y se fue en busca de sus amigos.
Tras lo dicho por Yun Ho, mis amigos parecieron respirar aliviados; pero a mí, aquello, me sentó como una patada en los intestinos. Y si todos estaban esperando que me comportase como un crio consentido… eso es lo que tendrían, y el primero en padecer las consecuencias, fue el idiota sentado justo en el lado donde yo tenía el tobillo mal, le pegué un empujón, y cuando me pidieron explicaciones, dije que me dolía la pierna, y que por eso estaba de mala uva, que mejor no me dirigieran mucho la palabra, y acabé pasando toda la comida de morros.
Yun Ho tenía razón, al final me acabé acercando a él por interés, porque quería que me enseñase a bailar como él lo hacía, pero… ¿qué podía querer él de mí?... ¿podría Ko Hun tener razón?... según él, lo que “ese nerd” quería, era engancharse a mi popularidad, oh… que novedad… como si él no lo hubiera hecho antes, como si no fuera por eso que él se hace llamar amigo… pero prefiero pensar que Yun no es así, y que el tiempo que hemos pasado practicando juntos, le haya servido para conocerme, que aquel “no podría meterte en el mismo cesto que él y que alguno de tus amigos”, no fuera simple palabrería por quedar bien…. Joder… ¿por qué cojones me tiene que afectar tanto lo que él dice?
Cuando terminaron las clases, pensé que Ko me acompañaría hasta casa, pero volvió a desaparecer en combate… así que comencé a andar poquito a poco, como pude, hasta la salida del aula. “Yun Ho”, salió casi imperceptible de mis labios, cuando lo vi apoyado en el marco de la puerta, con su mochila enganchada por delante, dejando la espalda libre, y que no dudó en ofrecerme; y, aunque en ese instante me hubiera gustado sacar al popular medio herido en su orgullo que llevaba dentro, acabé encaramándome a su espalda, como lo hiciera el sábado, sólo que esta vez, además de mi peso, debía cargar con su mochila y la mía.
-          Vas muy callado hoy. –me dijo, a mitad de camino hacia mi casa, y me limité a lanzar una mezcla entre gruñido y bufido- ¿Te pasa algo conmigo? –preguntó, mientras movía sus brazos un poco, bajo mis piernas, para que no le dolieran
-          No…
-          U, eso no suena demasiado convincente.
-          ¿Por qué dijiste que lo nuestro era puro interés? –pregunté finalmente
-          ¿Qué acaso no lo es? –me revolví algo molesto en su espalda, y él tuvo que quedarse quieto un instante para que yo no me callera- Tú y yo tenemos el mismo interés, joder a Hawn Mio. –continuó andando, cuando me sintió algo más agarrado a él- Por eso estás conmigo, porque te enseño a bailar, para que puedas ganarle. –me dolían esas palabras, pese a que eran verdad
-          ¿Y tú? ¿por qué estás tú conmigo?
-          Ya te lo dije, puestos a joderle la vida, mejor se la jodemos los dos.
-          Claro…
-          ¿Se puede saber qué te pasa? –me pregunta, al tiempo que me baja, pues ya hemos llegado a la puerta de mi casa- de verdad… -mirándome fijamente
-          Nada… -desviando mi mirada
-          Jae Joong… -me reprochó
-          ¿Tanto odias a los populares? Porque la cara que pusiste cuando te lo dije esta mañana… dime, ¿por qué nos odias tanto? –creo que no esperaba lo que le pregunté, porque se quedó bastante sorprendido y tardó en reaccionar y responder
-          Son fríos, distantes, soberbios, materialistas, egocéntricos…
-          Vale
-          No soportaría el convertirme en uno de ellos… -continuó, como si no me hubiera oído- un niñato consentido, acostumbrado a tener lo que se le antoje, y que no sabe aceptar un no por respuesta…- y aquellas palabras dolían, no sé porqué, pero se clavaban como puñales en mi pecho, quizás porque yo, sí yo, soy exactamente como está describiendo- incapaces de tolerar un fracaso… ni aceptar una sola crítica
-          Eso no es así… -lo encaré un instante, aunque no puedo hablar por los demás, pero yo… yo estoy aprendiendo a aceptar las críticas, lo estoy aprendiendo contigo
-          Ah, ¿no? –desvié la mirada nuevamente- entonces, por qué cojones tengo que poner buena cara, cuando dices que soy un popular con mal gusto, pero tengo que tragar tu cara de rabia, cuando te digo que eres como yo, ¿ah? –levantó la voz
-          Y tú qué… te quejas de los populares, pero haces exactamente lo mismo que me reprochas… te estás limitando a juzgarme por mi apariencia, por lo que crees que soy y no por lo que realmente soy… mejor lárgate

-          ¿Qué?

lunes, 25 de junio de 2018

Dance magic

-          Yun Ho ah… -cruzando mis brazos por delante de su cuello, poniendo mi cara junto a la suya, por razones obvias.
-          Dime.
-          ¿Por qué llevabas esa máscara anoche? –pregunté curioso, camino de casa.
-          Porque… -acomodó algo más mi peso, levantándome un poco, cruzando algo más sus manos bajo mi trasero- quiero volverlo loco, es una… venganza… -pareció dudar
-          ¿Venganza?
-          Ajá… cuando Hawn Mio comenzó a unir su grupo de baile, -asentí- yo me presenté al casting.
-          Oh… ¿Y no te cogió?, de seguro por envidia, porque de lo bien que bailas le harías sombra y claro… no podría destacar. –solté, cual verborrea imparable, cayendo al segundo en lo ligeramente sonrojado que estaba él y yo.
-          La verdad es que ni me dejó bailar.
-          ¿Por qué? –y en cuanto se señaló las gafas, entendí.
-          Le da más valor a la apariencia, y yo no era lo que estaba buscando…
-          Pero tú no necesitas las gafas siempre.
-          Ya, pero él no lo sabe… así que decidí que me presentaría, para demostrarle que yo sí que valía, tuviera gafas o no; y lo hice en una fiesta de disfraces que él organizó.
-          Por eso la máscara…
-          Sí… después de terminar de bailar,  me quiso echar de seguida… directamente, le importaba una mierda quién era, sólo que le había jodido el espectáculo… así que decidí que lo haría siempre que pudiera… -sonrió divertido, y me encantó ver esa expresión en él.
-          Joderle las fiestas… -reí divertido yo también.
-          Sí… es que es tan… superficial… el típico chico popular…
-          Esto… aquí típico chico popular, encaramado a tu espalda. –le llamé la atención, y él rió de forma tierna
-          Tú eres distinto a él…
-          ¿Cómo lo sabes?
-          Porque él aún estaría en la enfermería, esperando a que el chófer de su familia fuera a recogerlo; sin embargo, tú… aquí estás, cual koala en mi espalda… -dijo divertido- y no parece que te importe que te vean conmigo… no sé… no podría meterte en el mismo saco que a él y alguno de los que te rodean.
-          Oh… gracias… -notando como el rubor subía a mis mejillas
-          Además… los dos lo tenemos como enemigo, ¿no? –asentí- y puestos a fastidiarle… mejor dos que uno…
-          ¿Sabes? Creo que tú y yo nos vamos a llevar bastante bien, Yun Ho.
Nada más encarar el portal de mi casa, le pido que me baje, por su bien; y, aunque al principio no entiende mucho por qué, en cuanto ve a mi hermana venir flechada, como toro de miura cabreao, hacia donde estábamos, percatándose un poco más de la mirada inyectada en sangre y furia asesina, comprendió porqué se lo dije, y agradeció que me pusiera entre ella y él, frenándola en esa ventolera homicida que le había dado.
-          Quieta ahí. –dije, estirando el brazo, con la palma de mi mano frente a ella- él es bueno, -dije señalando a Yun Ho- esto un accidente. –señalando mi tobillo- Él me ha traído desde el instituto hasta aquí, cargándome en su espalda, para que no me doliera, así que a él… no se le mata… ¿estamos?
-          Estamos. –resopló algo resignada, al cabo de un rato,  y  es que es muy protectora, demasiado, conmigo, no soporta que nadie me haga daño y me tiene bastante consentido, y eso me gusta, pero … francamente, a veces… se pasa tres pueblos- ¿Te ayudo a entrar? –aunque ni sé para qué pregunta, porque ya me lleva casi como si fuera mi muleta.
-          ¿Ves? –le pregunto, girándome hacia él- Ya te dije que no era por lo que tú pensabas.
Sí, Yun Ho se había pensado que el que retase a Hawn Mio, había sido porque me molaba la chica con la que él había estado coqueteando, pero no… lo que yo quería era defender a mi hermana de ese impresentable que ella se ha empeñado en tener como novio, y como sé perfectamente que ella es mucho más cabezota que yo, y que en eso no me iba a consentir, pues… decidí que fuera él quien la dejase; así que me fui hacia él y se lo pedí, que cortara con mi hermana, que no saliera con ella, pero él ni caso, así que lo reté; si yo ganaba, él y  mi hermana no volvían a verse en la vida, si ganaba él… ya pensaría en que otra forma me humillaba, porque consideraba que darme una paliza en la pista de baile, pues igual no le era suficiente… será hijo de pu….
Cálmate Jae, no ganas nada sulfurándote por ese imbécil, mejor concéntrate en recuperarte lo antes posible para patearle el culo con la coreo que Yun Ho te está enseñando. Ash, ¿cómo pude ser tan idiota de lesionarme justo ahora?
A ver… los domingos de por sí son algo aburridos, pero es que si, además, no puedes moverte… son mortales… más aún porque estoy solito en casa; papá y mamá se han ido a buscar setas, como casi todas las semanas, siempre que no cae el diluvio, bien tempranito por la mañana, y Saen se ha ido al parque a hacer footing, aunque sé que también a encontrarse con ese hijo de su madre…. Respira, Jae, respira… olvídate de ese subnormal que sólo tiene dos neuronas funcionales en su cerebro, bueno, en sus dos cabezas… sí, eso, una neurona por cabeza, y las dos pensando sólo en lo mismo, porque la de la cabeza de arriba va a la de abajo más veces de las que serían recomendables… como se le ocurra hacerle daño a mi hermana, le dejo idiota del todo….
En mis pensamientos medio homicidas estaba, cuando oigo que llaman al timbre de la puerta; como puedo, me levanto y voy a la puerta, a ver quién ha llamado, sólo espero que no sea un vendedor de esos plomazos y que me haya levantado para nada…
-          Buenos días. –me saluda, medio cabizbajo- Pasaba por aquí y…. bueno, quería saber cómo estabas.
-          Bien. –respondo, aún sorprendido por verle allí tan temprano, enfundado en un pantalón de chándal y una camiseta desmangada- Pero pasa…
-          Gracias.
-          ¿Quieres tomar algo? –le pregunté, mientras cerraba la puerta a la pata coja, porque aún no podía apoyar el pie.
-          ¿Te ayudo? –y otro que ni sé para qué pregunta, porque ya me estaba pasando el brazo por encima de sus hombros y ayudándome a ir a la cocina.
-          Gracias. –le digo, sentándome en uno de los taburetes, poniendo la pierna sobre otro que él mismo me acercó.
-          De nada. –respondió, al tiempo que me volvía a colocar, con cuidado, la pierna, sobre el cojín que había ido a buscar al salón, para que estuviera más cómodo.
-          ¿Quieres tomar algo? –volví a preguntarle
-          Mmm … un vaso de agua estará bien, gracias.
-          Puedes servirte tú mismo, los vasos están en el escurridor y el agua en la nevera. ¿Estuviste corriendo? –no pude evitar preguntarle.
-          Sí, me gusta salir a correr los domingos por la mañana, está todo más tranquilo. –me responde antes de beber el vaso que se ha servido.
-          Ya veo…
-          Déjame adivinar… -dijo, mientras enjuagaba el vaso y volvía a colocarlo sobre el escurridor- pensaste que un nerd no hacía deporte, ¿cierto? –esquivé su mirada, avergonzado, había dado justo en el clavo- pero piensa en algo, si no hiciera algo de ejercicio que me sirva de calentamiento, me moriría al hacer las coreos. –sonrió divertido.
-          Supongo. ¿Te quedas? –me mira extrañado- Es que estoy sólo en casa, y con los movimientos tan limitados que tengo, pues….
-          Ok, me quedaré a ayudarte hasta que regrese alguien de tu familia.
Se me hace raro verlo sin gafas… supongo que es porque estoy acostumbrado a que las lleva, todo el santo día puestas, en clase; pero… no sé… cómo decirlo… parece tan diferente al Yun Ho del instituto, je je, siempre tan aplicado, atento a cada explicación del profesor… vamos, el típico nerd… y ahora… no sé… podría pasar por cualquier chico deportista… incluso por un popular, bueno… si descartamos esa camiseta tan hortera que me trae puesta.

Increíble, pero cierto; saben que apenas me puedo mover, que estoy enfermito, vale, no enfermito, enfermito, pero sí que necesitaría mimos, y van mis padres y me llaman para decir que no vienen a comer… ya les vale… y para rematar, mi hermana dice que se queda en casa de una amiga, porque la pobre está sola, y ni tiempo me deja para decirle que el que está solo soy yo. Miro a Yun Ho con carita de pena y cierta risilla nerviosa, en cuanto cuelgo el teléfono, y él me mira con cara de susto; pero se le pasa cuando le explico que quiero que se quede a comer conmigo, porque me acaban de decir que no vuelven ninguno de los tres, al menos hasta la tarde.

Así que ahí nos ves a los dos, a mí de chef y a Yun Ho como mi pinche, ayudándome, dentro de sus posibilidades, a preparar algo, poniendo la mesa, mientras termina de hacerse la comida, sirviendo los platos y llevándome a mí, después, en brazos, hasta dejarme en el sofá, donde pude volver a estirar la pierna, aunque estaba incómodo para comer. Entre bocado y bocado, me dijo que el sábado fue a casa de Hawn Mio y le dijo que tuve un accidente y me lastimé el tobillo, así que, supuestamente, yo le había pedido a él que le dijera que retrasábamos nuestro duelo por ese motivo, y tal parece que no le puso mucha pega; cosa que no sé si tomármela a bien o a mal, porque… o es tan noble como contrincante, que quiere esperar a que me recupere y estemos en igualdad de condiciones, o es tan hijo de perra, que se piensa que da igual la excusa que me invente, el día que nos enfrentemos, me pateará el culo…